Keir Starmer, primer ministro de Reino Unido, prometió reformas para acelerar la economía y revisar el sector público después de que el primer presupuesto del gobierno laborista no lograra impulsar las perspectivas de crecimiento y provocara una caída de los precios de los bonos gubernamentales durante dos días. Rachel Reeves, ministra de Finanzas británica, anunció el miércoles pasado un plan que incluye grandes aumentos en impuestos, préstamos y gastos, pero el organismo de control del presupuesto británico consideró que el crecimiento económico más allá del próximo año será más débil de lo que se pensaba anteriormente. Los precios de los bonos del gobierno británico cayeron en las horas posteriores a su discurso y nuevamente el jueves, lo que hizo subir drásticamente los costos de endeudamiento, antes de estabilizarse el viernes. En un artículo publicado el sábado en el Financial Times, Starmer afirmó que el presupuesto es “un primer paso en nuestra misión de crecimiento”, pero también abre el camino para la reforma de “nuestro tambaleante Estado central” y sus servicios públicos. “Así como no podemos alcanzar la prosperidad mediante impuestos y gastos, tampoco podemos simplemente gastar para tener mejores servicios públicos”, escribió, abordando las preocupaciones de que el sistema de salud y otros servicios necesitaban más que sólo dinero extra para mejorar.